El Port de Tarragona busca ser líder energético con su propia red eléctrica

La Autoridad Portuaria de Tarragona ha presentado un ambicioso proyecto que busca transformar su infraestructura energética y adaptarse a la creciente demanda de electricidad en los próximos años. El plan incluye la construcción de una subestación eléctrica y el desarrollo de una red de distribución propia, lo que le permitiría manejar de manera más eficiente su suministro eléctrico y avanzar en su transición energética.

puerto de tarragona

Una necesidad que no puede esperar

Actualmente, el puerto de Tarragona cuenta con una capacidad de 20 megavatios de potencia, cifra que, de acuerdo con sus previsiones, será insuficiente para satisfacer la demanda futura. En los próximos diez años, la entidad estima que necesitará hasta 100 megavatios para mantenerse competitiva y seguir con su expansión. Esto se debe a una serie de factores que no pueden ignorarse: la creciente demanda por parte de sus concesionarios, la electrificación de grúas portuarias y la implementación de sistemas de suministro eléctrico a buques (Onshore Power Supply – OPS).

Para hacer frente a este desafío, la Autoridad Portuaria ha solicitado a Red Eléctrica Española (REE) una ampliación a 100 megavatios de potencia, lo que sería cinco veces más que su capacidad actual. Este proyecto no solo mejoraría el suministro para el puerto, sino que lo haría más competitivo, ya que la subestación permitiría acceder a una tensión de 220 kilovoltios, lo que reduciría el coste de la electricidad en un 40%.

¿Dónde y cómo se construirá?

El plan contempla la construcción de la subestación en la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), lo que no solo mejoraría el abastecimiento del puerto, sino también el de las empresas que operan en la zona. La inversión estimada para este proyecto ronda los 20 millones de euros, cifra comparable a proyectos similares en otros puertos como Valencia o Barcelona.

Aunque el proyecto aún está pendiente de autorización por parte de REE, el director general del puerto, Ramón Ignacio García, ha manifestado que, de aprobarse, la subestación podría estar en funcionamiento en los próximos cinco o seis años. Esto representa una apuesta a largo plazo, pero crucial para garantizar la competitividad y el crecimiento del puerto de Tarragona.

La colaboración con el sector petroquímico

Un aspecto clave de esta iniciativa es la colaboración entre el puerto y la Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT). Ambas entidades han presentado conjuntamente la solicitud a Red Eléctrica Española, lo que subraya la importancia de esta ampliación para la industria química, uno de los pilares económicos de la región.

Este sector no solo es un gran consumidor de electricidad, sino que también está alineado con los planes de sostenibilidad que impulsa el puerto. El desarrollo de una red propia y el aumento de la capacidad eléctrica permitirían atender la demanda creciente de las empresas petroquímicas, que requieren cada vez más potencia para sus operaciones.

Un futuro más verde: la energía solar como alternativa

Además del proyecto de la subestación, la Autoridad Portuaria está evaluando la posibilidad de incrementar la generación de energía mediante placas fotovoltaicas. La intención es que tanto el puerto como sus concesionarios inviertan en estas infraestructuras, como parte de los planes de ampliación de los plazos de concesión.

Ya existen algunos proyectos en marcha en empresas concesionarias como Ership y Noatum. Si se lograra cubrir las instalaciones actuales con placas solares, se estima que se podría generar hasta 130 megavatios de potencia, según afirmó el propio García. Sin embargo, se espera que una cifra más realista oscile entre los 60 y 70 megavatios, lo cual ya representaría un éxito significativo.

Los retos de la transición energética en los puertos

El puerto de Tarragona no es el único que se enfrenta a este tipo de desafíos. La transición energética es una tendencia global que afecta a todos los sectores, especialmente aquellos que dependen en gran medida de los combustibles fósiles y las infraestructuras tradicionales. Los puertos, por su naturaleza, requieren grandes cantidades de energía para mantener sus operaciones, y con el tiempo, esa demanda solo irá en aumento.

Por eso, iniciativas como la subestación eléctrica y la inversión en energías renovables no solo son necesarias, sino también estratégicas. Reducir la dependencia de proveedores externos y contar con una red propia de distribución no solo mejoraría la eficiencia, sino que también permitiría al puerto ser más competitivo en términos de costes y sostenibilidad.

En definitiva, el puerto de Tarragona está apostando por un futuro más sostenible y competitivo, alineado con las tendencias energéticas globales. La creación de una subestación eléctrica y el desarrollo de su propia red de distribución son solo los primeros pasos en una transformación que, de concretarse, situaría a Tarragona en una posición de liderazgo dentro del sector portuario español.