Diversificación energética reduce costes de entregas de última milla, según estudio

Con una adecuada planificación urbanística, diversificación energética de la flota de transporte y el uso de vehículos adecuados, se podrían reducir los costes logísticos entre el 23% y el 46% en toneladas transportadas. Así lo concluyó un estudio de la Universidad Pompeu Fabra, UPF Barcelona School of Management, donde se argumenta que el reparto urbano de última milla debe apostar por el uso de vehículos y sistemas adecuados al tiempo y volumen de la carga operativa.

Diversificación energética reduce costes de entregas de última milla, según estudio

Según el estudio, usar vehículos a gas natural vehicular implica menos costes frente al uso de motores diésel y gasolina. Pueden emitir el 20% menos de CO2 y el 85% menos de óxido de nitrógeno y un 96% menos en cuanto a contaminación por partículas.

Así mismo, el uso de vehículos eléctricos para cubrir distancias cortas es lo mejor. No contaminan el ambiente de los centros urbanos y llegan a emitir un 58% menos de CO2 frente a coches equivalentes que son impulsados por energías tradicionales.

Otra alternativa de uso en la última milla es el uso de vehículos sin motor. Logran evitar la contaminación atmosférica y acústica y permiten el fácil acceso a espacios urbanos donde hay restricción de tráfico.

El estudio se realizó a partir de una recopilación “de las mejores prácticas logísticas” al interior de las ciudades, se concentró en el análisis de los recorridos inferiores a 50 kilómetros.

Los diferentes actores logísticos y la distribución sostenible

Durante la presentación oficial del estudio, Jaime Moreno director general de Transporte Terrestre del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, manifestó que todos los actores de la cadena también deben contribuir. Destacó como ejemplo, la necesidad de adaptar con taquillas los propios edificios a este tipo de reparto o destinar un espacio de estacionamiento para labores de carga y descarga.

El tema es que, urbanísticamente hablando, las normativas que rigen las ciudades no están preparadas para el cambio y se hace necesaria su adaptación para asumir nuevos retos.

El estudio también destacó la necesidad de buscar soluciones que busquen la sostenibilidad medioambiental, económica y social, con miras a una distribución urbana sostenible y rentable.

Colaboración público-privada

Esta alianza es clave para lograr la distribución logística sostenible en el ámbito urbano. Tal es el caso de los vehículos impulsados por combustibles alternativos, pues requieren infraestructuras específicas para su operación.

Países como Austria, Italia y Alemania han desarrollado efectivamente su red de estaciones públicas de gas de forma simultánea a inversiones en puntos de carga eléctricos.

Por otra parte, muchas de las medidas que pueden tomarse dependen exclusivamente de la legislación. Tal es el caso de limitar la entrada a las ciudades de vehículos ya sea por peso o emisiones.

También se contempla el aumento de la demanda de suelo logístico para dar salida a nuevas vías de negocio. Pero en este escenario, se hace necesaria la integración entre actores privados y públicos para buscar acuerdos, ya que no todos los operadores están en la capacidad de contar con su propio hub logístico grande o urbano.