Descongestionar El Prat con los aeropuertos de Girona y Reus ¿factible?

El debate sobre la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat no ha hecho más que intensificarse en los últimos meses. Uno de los puntos que más controversia ha generado es la posibilidad de desviar una parte del tráfico aéreo hacia los aeropuertos de Girona y Reus. En concreto, se habla de redirigir 10 millones de pasajeros al año como solución para aliviar la presión sobre el aeropuerto de Barcelona. Pero, ¿es esto realmente factible? Analicemos los principales factores.

descongestionar el aereopuerto el prat

Las aerolíneas son las que tienen la última palabra

Primero, hay que aclarar una cuestión básica: los aeropuertos no deciden los destinos de los vuelos. Esa responsabilidad recae en las aerolíneas, que basan sus decisiones en criterios puramente comerciales. En otras palabras, volar desde Girona o Reus solo será una opción atractiva si existen suficientes pasajeros interesados en estos aeropuertos y si los costes operativos son competitivos.

Es cierto que los aeropuertos más pequeños como Girona o Reus pueden ofrecer tarifas más económicas para las aerolíneas. Esto incluye tasas aeroportuarias más bajas y menores costes asociados a servicios en tierra. Sin embargo, operar desde estas ubicaciones no siempre resulta rentable, especialmente cuando se trata de vuelos internacionales o intercontinentales, que requieren una infraestructura más avanzada.

Factores de conectividad: un obstáculo importante

Uno de los mayores retos para hacer viables los aeropuertos de Girona y Reus como alternativas es la conectividad con Barcelona. A pesar de que ambas ciudades cuentan con estaciones de tren, los tiempos de desplazamiento desde la capital catalana todavía son elevados. Por ejemplo, llegar desde el centro de Barcelona al aeropuerto de Girona puede tardar entre 1 y 1,5 horas, dependiendo del medio de transporte. En el caso de Reus, el tiempo puede superar las 2 horas.

En un sector donde la comodidad y la rapidez son claves, este tipo de barreras puede desincentivar a los pasajeros, especialmente aquellos que viajan por negocios. Aunque se han planteado mejoras en las conexiones ferroviarias, aún no hay planes concretos que puedan materializarse a corto plazo.

¿Quiénes podrían beneficiarse de esta propuesta?

El desvío de pasajeros hacia estos aeropuertos podría resultar más atractivo para vuelos de bajo coste y vuelos domésticos o regionales, donde los márgenes son más ajustados y los pasajeros suelen ser más flexibles. De hecho, Girona ya opera como una base secundaria para aerolíneas low-cost, siendo uno de los principales hubs de Ryanair en el pasado. Sin embargo, replicar este modelo en Reus requeriría una mayor inversión y esfuerzos coordinados con las aerolíneas.

Además, para que las aerolíneas apuesten por estos aeropuertos, es fundamental contar con una demanda suficiente. Esto implica atraer a turistas y residentes dispuestos a utilizar estas instalaciones en lugar de El Prat. Sin una estrategia clara que incluya incentivos económicos y campañas de promoción, será difícil conseguir este cambio de comportamiento.

La experiencia de otros aeropuertos europeos

En Europa existen ejemplos exitosos de aeropuertos secundarios que funcionan como alternativas viables a los principales. Ciudades como Londres y París han logrado descongestionar sus grandes aeropuertos gracias a un sistema de aeropuertos secundarios eficientes. En Londres, por ejemplo, Stansted y Luton complementan a Heathrow, mientras que en París, Orly y Beauvais ayudan a aliviar la carga de Charles de Gaulle.

Sin embargo, la clave de estos casos es la coordinación entre infraestructuras. Las conexiones ferroviarias rápidas y fiables han sido determinantes para integrar estos aeropuertos en el ecosistema de movilidad de sus respectivas ciudades. En España, Girona y Reus todavía están lejos de ofrecer este nivel de integración.

Las inversiones necesarias

Si se decide apostar por Girona y Reus como soluciones para descongestionar El Prat, será imprescindible invertir en una serie de mejoras. Entre ellas destacan:

  1. Infraestructura ferroviaria: Una conexión de alta velocidad entre Barcelona y estos aeropuertos es esencial para reducir los tiempos de desplazamiento.
  2. Ampliación de instalaciones: Ambos aeropuertos necesitan adaptarse para gestionar un volumen mayor de pasajeros, incluyendo áreas de espera, pistas y servicios.
  3. Incentivos para aerolíneas: Las autoridades deberán ofrecer beneficios económicos a las aerolíneas que decidan operar desde estos aeropuertos.
  4. Promoción internacional: Girona y Reus deben posicionarse como destinos atractivos tanto para turistas como para negocios, destacando su proximidad a Barcelona.

¿Una solución a largo plazo?

Aunque la idea de utilizar Girona y Reus como aeropuertos complementarios tiene su lógica, no puede considerarse una solución mágica para los problemas de El Prat. La ampliación del aeropuerto barcelonés sigue siendo una necesidad si se quiere mantener su competitividad internacional. No obstante, integrar a Girona y Reus en el sistema aeroportuario de Cataluña puede ser una estrategia complementaria para gestionar el crecimiento del tráfico aéreo en las próximas décadas.

En definitiva, el éxito de esta propuesta dependerá de la capacidad de las autoridades y los actores implicados para coordinar esfuerzos. Girona y Reus tienen potencial, pero para aprovecharlo será necesario superar retos significativos en términos de conectividad, infraestructura y promoción.